jueves, 2 de octubre de 2008

La rutina

Después de un tiempo sin escribir, aquí vuelvo a la carga. Quizás algunos pensasteis que la ausencia se debia a que me gustaban los piropos de vuestros comentarios en mi última entrada :P ¡Pues no! La culpa de mi ausencia fué la vuelta al cole, a los horarios inflexibles, a la rutina. Aunque agradezco vuestros comentarios y gracias a ellos tengo el ego por las nubes, jajaja.

El mes de septiembre fué un poco estresante. Laurita empezaba al cole y los horarios no coincidian con los de Alicia; así que estaba todo el día para arriba y para abajo. Esperando ante el cole a que cerrasen la puerta a los mayores y allí parada con Laurita, que estaba deseando que la volvieran a abrir para entrar en su clase. ¡Un jaleo!
Por fín ayer, los horarios ya son los mismos para las dos. Empezaron con las clases de tarde y hoy lo harán con las ansiadas clases de baile.

Además hoy, ya huele a otoño, está lloviendo. Ya tocaba, después de más de una semana de sol viendo por la televisión las inundaciones que había en otros lugares de España. Que hoy el día este gris, reafirma aún más mi vuelta a la rutina: cargar con paraguas, sacar chubasqueros, poner abrigo... Hasta ahora lo llevaba todo en la silla de paseo, pero Laura ya se siente tan mayor por ir al cole, que no quiere ni oir hablar de su silla de "bebé" así que dentro de poco seré como un perchero andante, cargada con todos mis bartulos y los de las niñas. Eso nos pasa a todas las madres ¿verdad?
Sentirse perchero, burro de carga y papelera es algo que lleva asignado el traer un hijo al mundo. ¿Que no os lo creeis? Atentas a los hechos:
Supuesto 1.
Vas al parque con tu hijo que se empeña en llevar muy ilusionado el objeto A (lease patines, patinete, bibicleta o cualquier cachibache pesado). Nada más cruzar el dintel de la puerta o a lo sumo, en cuanto pone el pie en el parque, se olvida del objeto y encima a la vuelta de regreso está tan cansado que le toca cargar a la madre con él. Ya está el burro de carga en plena faena.
Supuesto 2.
El niño come un caramelo, y como el papel le estorba pues se lo encasqueta a su madre que tiene a bien guardarlo hasta la próxima papelera. Si sucede en el bus, lo guardas en el bolso hasta bajarte, y si lo que le sobra es el resto de una galleta, bollo o chocolatina... por no tirarlo, te lo comes... Si no es que no queramos hacer dieta, es que no nos dejan, jejeje. ¿Tenemos o no que tener complejo de papelera?

Uf, anda que no me he ido yo del tema principal. A lo que iba, que vuelvo a los madrugones, a las prisas, a las obras urbanas, al maldito soniquete del despertador.

Solo un poquito, pero ya se la echaba de menos:
bienvenidos todos a mi rutina.

8 deslenguaos:

Bertha dijo...

Yo solo tengo un hijo pero se lo que es eso, el ya en mayor 16 años, pero estaba deseando que enpezaran las clases, estaba agoviada con el aqui en casa todo el dia, es un chico que casi no sale con los amigos, solo de vez en cuando. Pero ya estaba de los nervios,QUE ALIVIO?

Inma dijo...

La madre perchero se convierte con los años en la madre chofer, hacedora de recados u oreja andante de lios amorosos.

Pero no me quejo que sigo disfrutando mucho de ellos.

Susana dijo...

Bueno, al menos tu lo tiras en la siguiente papelera, yo lo cumulo en el bolso o en los bosillos y al cabo de un mes me encuentro un caramelo rebenido, un trozo de papel de alumnio... una vez se me quedó un trozo de queso de una merienda en el bolso por un montón de tiempo sin que me acordara de él, hasta que el tufo lo delató... por más que intenté lavar la zona interior del bolso (porque el exterior es de piel) no hay quien quite el tudo a queso rebenido...

R.M dijo...

Yo empiezo a conocer todos esos sintomas de "mama papelera" y "mama perchero". Mara aun quiere la silla, pero cada vez menos. Y ayer me vi haciendo compras, cargada como una mula (bolso, chaqueta de mara, peluche, botella de agua, chupete...

En fin, que son cargos y cargas de este oficio, que todos las profesiones los tienen. Pero no os quejeis, que tenemos el mejor sueldo del mundo: miles de sonrisas, besos, cariños y demas cositas que nos dan nuestros hijos.

O no?

Anónimo dijo...

Sin ser madre también conozco esos síntomas y es que a las que alguna vez hemos ejercido de canguros también nos ha pasado y encima el nene no es tuyo, jejejejeje.
¡Feliz vuelta a la rutina!

Ana I. dijo...

Bueno Susana, tienes el poder de arrancarme sonrisas leyéndote. Escribes de maravilla, y te das un arte enorme para relatar situaciones cotidianas de una manera muy ocurrente. ¡Lástima que no actualices más, pero con dos peques es comprensible!.
Bueno, pues bienvenida a la rutina!

Salegna dijo...

Yo no tengo hijos pero si cinco sobrinos y es como tu cuentas, mis hermanas siempre van cargadas con las cosas de los niños y no paran intentando compaginar el trabajo con los horarios de colegio y actividades.
Pero a pesar de la rutina y el agotamiento, ¿a que cuando las acuestas por la noche te sientes satisfecha y feliz?
Me encantan los niños y pienso que cualquier sacrificio es gratificante.
Un beso y no tardes tanto en escribir de nuevo

KAMELUCHA,.,.,.,.,., dijo...

Si que es un corre corre,,,
ya lo creoo, ese despertador a las 6,durante años y años,,dioo
desayunos...buñuelos, filloitas o pankekas,,daba igual,,todos tenian que comer antes de salir,,,ufff
eran y son de desayunar,,si señora,,
que ganas de que llegara el sàbadoo
que ganas de dormir,,yo creo que con esas cosas de la vida,,fui poco a poco perdiendo el sueñor
hasta hoy,,asi sigo sin sueño y siii eso sii,,cuidanto al peque en este momento jajaja,,y que peque,,ya te digo,,pero mama.es mama..a que si amiguilla,,
besitoss,,

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MI VITRINA